Autor: Vishal Reddy
Ante cientos de opciones donde invertir, entender en primer lugar “¿Para qué voy a invertir?” Es tan importante como lo es entender tecnicismos sobre que son las acciones, futuros, ETF’s, opciones, fondos mutuos, bonos, etc.
Este libro es un vistazo al universo de las inversiones comenzando por el entender sus fundamentos, hasta organizar una serie de reglas a seguir al invertir. Aquellos que se van adentrando en el mundo de las inversiones pueden ganar conocimiento valioso de este libro.
Puntos clave del libro:
- Riesgo y Retorno son las dos caras de la misma moneda en el mundo de las inversiones, debemos balancearlas.
2. No olvides que las inversiones producen obligaciones fiscales.
3. Una acción no es suficiente, el inversor debe diversificarse y si es inversionista activo, tener una canasta completa de acciones.
4. Los inversores deben tener claras las diferencias entre las acciones y los bonos. Son dos ingredientes que puedes balancear en tu estrategia para minimizar el riesgo.
5. Se debe tener entendimiento del análisis fundamental de compañías.
6. La mayoría de los inversores deberían contemplar invertir en compañías a través de compra de acciones. Las acciones no son para todos, pero sí para la mayoría.
7. El aliado y ecualizador de los inversores es el tiempo y la paciencia.
El gran ecualizador de las inversiones es el tiempo.
Entrar al mundo de las inversiones podría ser confuso, pero cualquier individuo que desee alcanzar sus objetivos y libertad financiera, tarde o temprano se encontrará ante la decisión de invertir en acciones o bonos, podría pasarla por alto y sólo ahorrar aunque perdiendo la posibilidad de multiplicar su dinero.
Cada inversor tiene su propio periodo de tiempo en el que busca lograr sus objetivos, por ejemplo, el retiro. También tiene sus propias capacidades y motivos, pero para todos aplica: El entender los principios del mundo de las inversiones como el equivalente a poseer un mapa de cómo navegar el mundo de las finanzas y saber cuál es el destino al que quiere llegar.
Uno de los aspectos más importantes para crear un portafolio de inversiones robusto y resiliente es la habilidad de entender el valor del dinero a través del tiempo.
La gente dispuesta a sacrificar su comodidad y gastos actuales tendrá mucho más dinero disponible en el futuro. Por cada $1,000 que un inversor coloque en una inversión al 3%, el inversor tendrá $1,030, si deja que ese dinero se quede otros 365 días, tendrá $1,060.9, si tuvieses 20 años y dejaras esos $1,000 hasta tu retiro a los 65: estaríamos hablando de que ese dinero se convertiría en $3,781.6.
Los asesores financieros reconocen el fenómeno del “interés compuesto” y de cómo su poder a través del tiempo se multiplica.
El tiempo es el combustible que le permite al dinero crecer y que te permite crear riqueza y libertad financiera.
Los inversores deben permitir que el tiempo sea el que trabaje el dinero.
Cuando decimos que hay que dejar que el dinero trabaje por nosotros y no nosotros por él, también debemos hacer otra cosa; dejar que el tiempo trabaje por el dinero.
Lo anterior debería extenderse por periodos largos de tiempo, no buscamos un sprint en la oscuridad (el futuro es incierto y no podemos ver muy adelante) y rompernos una pierna porque correr en la oscuridad a lo loco es un gran riesgo.
Queremos correr pacientemente un maratón, de nuevo en la oscuridad, pero con una linterna en mano (información y control del riesgo que tomamos con nuestro dinero).
La estrategia anterior puede traerte retornos realmente extraordinarios, ya sea que el dinero lo inviertas en bonos gubernamentales, fondos de inversión o acciones. La clave es construir patrimonio en el largo plazo y dejar que las ganancias de cada periodo, digamos cada año se reinviertan para dejar que el interés compuesto germine nuestro futuro.
Valor Presente y Valor Futuro.
Un concepto esencial de las finanzas es el valor presente y valor futuro. Tu como inversor quieres comprar algo en el futuro con cierta suma de dinero. Para lograrlo debes calcular los recursos que necesitas ahora para ganar esa suma de dinero objetivo bajo cierta tasa de retorno.
Si necesitas en tres años $100,000 para invertir en tu negocio, con la tasa de CETES vigente en estos momentos a un año (8.79%), podríamos calcular que requieres $77,666 ahora.
Tener esa claridad de saber; cuánto quieres y a través de qué instrumento lo lograrás, es muy importante, porque sabrás qué tan lejos o cerca estás y en que debes meter tú dinero.
Cuando lo que buscas es calcular un valor futuro, tendremos que hacer una estimación basada en una suma de dinero actual que, como planta, esperamos que crezca y se convierta en una cifra mayor en el futuro, basada en la tasa de retorno que ganarás por un número de años.
Como en el ejemplo anterior; si inviertes $77,666 ahora en CETES a un año (inicio de mayo 2022), tendrás cien mil pesos en tres años. Ahora, estamos llevando a valor futuro tus 77 mil pesos de ahora.
Los inversionistas o quién vaya a ser tu asesor, hará por ti este proceso de calcular el valor presente al “descontar” y cuando calcula el valor futuro te dirá que está calculando un compuesto. Por ejemplo, cuando calcula con cuánto dinero te retirarás al invertir en ciertos instrumentos.
El valor del dinero a través del tiempo pareciera que lo inventamos para marear a la gente con números para parecer muy inteligentes. Pero no, hay una razón por lo que como inversionista te interesan estos cálculos cuando comienzas a invertir: Tu dinero de hoy vale más que tu dinero del futuro, ya que la inflación tendrá un efecto en tu poder adquisitivo a futuro y principalmente el dinero de hoy tiene el potencial de generar plusvalía cuando es invertido, esa oportunidad y potencial es lo que hace que el dinero valga más hoy que el de mañana.
Por eso, tu asesor usará los conceptos de valor presente y valor futuro para considerar al momento de invertir cosas como la inflación, tratando de ganarle y poder darte un mejor nivel de vida considerando lo que podrían costar las cosas en un futuro.
Invertir en acciones hace sentido para la mayoría de los inversionistas.
Una de las mejores oportunidades para generar riqueza en el largo plazo es comprar acciones, es decir comprar rebanadas de ciertos negocios. Los inversores pueden comprar y vender acciones en los mercados de capitales, pero primero conviene que lo hagan comprendiendo el lenguaje de la bolsa para asegurar ganancias a futuro. El autor nos pasea brevemente por algunos conceptos de bolsa, te resumo algunos básicos:
Los inversores buscan que su dinero trabaje para ellos, lo cual pueden lograr invirtiendo en índices como S&P 500, NASAQ o Dow Jones.
Para saber qué tan grande es un negocio según el mercado debes encontrar la capitalización de mercado o “Market Capitalization”, cualquier página de finanzas te dará este número fácilmente cuando busques la compañía que te interesa. Esa cifra mide el valor de la empresa en función del precio de la acción multiplicado por el total de acciones emitidas.
Los inversores compran y venden diariamente acciones alrededor del mundo, ese movimiento es lo que determina los precios de apertura y de cierre de las acciones. Adicionalmente la cantidad de acciones que se comercian representa el “volumen” del mercado.
Cada acción tiene un factor que se le llama “Beta” que mide la volatilidad de la acción relativo a los índices del mercado en que se comercia. Por ejemplo, un valor beta de uno indica la menor volatilidad, si es más alto que uno indica que hay volatilidad mayor. El factor se va “amarrado” o correlacionado con la industria o sector de la compañía. El factor beta le puede servir más a un trader que a un inversionista, pero podría ayudarnos a definir una estrategia para comprar la acción.
Los inversores pueden usar también los “Earnings per share” para valuar una compañía, el EPS es la utilidad neta dividida entre el total de acciones de la compañía. Es útil compáralo contra los competidores de la compañía.
Otro consejo rápido que nos pide el libro es ver si la compañía paga dividendos, encontrarás esta información también en la página de finanzas que consultes, ahí habrá un rubro llamado “dividend yield”, que significa el rendimiento por dividendo. Es un porcentaje que se calcula cuando divides el dividendo anual que te pagan entre el precio de la acción.
Debes entender los “Fundamentales” de la compañía para saber invertir.
El análisis fundamental es el proceso de entender la posición financiera y económica de una compañía en la que queremos invertir, el proceso es útil para determinar la rentabilidad y viabilidad de la empresa y por lo tanto de su acción.
Como un explorador que ve un mapa y brújula para saber hacía donde va, los estados financieros son la guía para entender el medio ambiente de la compañía que nos hace ojitos para invertir en ella. Encontramos tres herramientas; primero, la hoja de balance detalla los activos y los pasivos de la organización a través de la ecuación: Activos = Pasivos + Capital Contable.
Segundo, en la hoja de estado de resultados el inversor puede encontrar la rentabilidad de la compañía basada en las ventas y gastos asociados a los gastos de la compañía. Finalmente, mi favorita, pero poco valorada, la hoja con el flujo de efectivo. Que integra la fuente y movimiento de los fondos de la compañía a través de su operación, inversión y financiamiento, me gusta mucho esa hoja porque es el estado de salud de la compañía directo y sin «trucos» contables, en esos tres segmentos debe generar flujos positivos de dinero.
El autor también nos habla un poco sobre la contraparte del análisis fundamental, el análisis técnico que deja atrás los fundamentales, sólo busca predecir la dirección y trayectoria del precio de una acción a futuro.
El análisis técnico utiliza los gráficos del precio, integrando varias herramientas como medias móviles, volumen de transacciones, volatilidad, y muchos más. Es decir que llena una gráfica de garabatos que complican todo y la hacen incomprensible, así cuando pierdes todo tu dinero puedes echarle la culpa al gráfico.
Cada trader busca pistas o “señales” para saber si el precio irá hacia arriba o abajo y así, hacer “trading”, algunos ejemplos que veo que salen mucho en noticias financieras es si el precio está en la “Cruz de la muerte” (Death Cross), que sucede cuando la media móvil de 50 días llega a estar por debajo de la media de 200 días. Lo contrario es la “Cruz dorada”, cuando la media del precio a 50 días supera la de 200 días. Dinero es Dinero eventualmente publicará artículos sobre trading.
El inversionista debe saber la diferencia entre bonos y acciones.
Mientras que las acciones te dan la propiedad de un pedazo de una compañía, los bonos representan un vehículo de deuda tanto de empresas, como de gobiernos. El conocimiento que debes tener para entrar a invertir en bonos es diferente al que ya te dimos al hablar de acciones, es un animal distinto.
Los bonos corporativos, por ejemplo, son aquellos a los que podemos acceder cuando los ejecutivos de una compañía emiten bonos para conseguir dinero o fondearse pidiendo dinero prestado de aquellos que compren esos bonos.
A cambio de recibir una tasa de interés, cuando el bono alcanza su fecha de vencimiento, los tenedores que hayan comprado esos bonos no sólo reciben su capital, también deben de haber recibido los intereses a través de la vida del bono, pues generalmente el interés se va pagando semestralmente (En los ejemplos del libro). Los bonos tienen valores presentes y valores nominales (El monto a pagar al vencimiento).
El uso de bonos no es extraño, quizá no sea tan popular hablar de ellos para las personas de a pie como nosotros, como lo es hablar de acciones. Pero son un instrumento muy usado por grandes compañías para financiar proyectos, muchas autopistas por las que transitamos en cualquier país, son el resultado de consorcios que levantan capital de esta manera, de hecho, mucha de la infraestructura que es parte de nuestra vida cotidiana se pudo haber financiado con bonos y por ello forman parte importante de las carteras de los fondos de inversión.
No basta una acción.
Las opciones para invertir son muchas, tenemos variedad de índices, activos, sectores, industrias, de todos los colores y sabores para beneficiarnos del principio de diversificación. El libro nos hace la analogía de que invertir en una sola acción es ir a un restaurante que sólo vende un platillo, invertir en fondos mutuos o en ETF’s es ir a comer a un buffet.
Al invertir en fondos o ETF’s debes de saber que atrás hay alguien administrando ese fondo, hay alguien esforzándose por imitar un índice o tratando de superar lo que te daría el mercado y ese alguien necesita comer, así que cobra buen dinero por ello. Por ello es importante informarse sobre la estructura de comisiones del fondo que elijamos o del ETF que compremos.
Es aquí donde podemos ver si algo es barato o caro. Por ejemplo, los ETF de gran popularidad que se comercian en México como IVV Peso o GENIUS21 son de bajo precio nominal y por eso son populares, pero son extremadamente caros en cuanto a la comisión que nos cobran, mientas que otros muy populares como SPY o IVV aparentemente son mucho más caros por su precio nominal, pero la comisión que cobran es bajísima.
Bono: La regla del 72.
Hay un bonito truco matemático que puedes hacer rápidamente cuando te pregunten en cuántos años tendrás el doble de dinero al invertir. La regla del 72 indica que el número de años en que tendrás el doble de dinero es el resultado de dividir el número 72 entre la tasa de retorno esperado.
Por ejemplo, si CETES a un año actualmente está a 8.79% e invierto mil pesos: 72 / 8.79 = 8.2 años para tener dos mil pesos. Lo anterior asumiendo que no se harán aportaciones adicionales al capital original.
Enseñanzas finales.
No olvides que, al invertir, estás intentando generar un ingreso extra, y mientras haces dinero, alguien te asecha en las sombras para lanzarse al cuello de ese extra que ganaste gracias a tus decisiones inteligentes. No, no es tu pareja (Del todo), es el gobierno que te cobrará impuestos.
Las ganancias capitales que generaste producirán impuestos cuando liquides tus instrumentos, es recomendable que un buen contador te asesore para minimizar el impacto de los impuestos, no olvides que también tienes obligaciones y debes cumplirlas. Antes de comenzar a invertir, considera esto.
Pero, no dejes de ninguna manera que sea un impedimento para comenzar a invertir, los beneficios superan con creces las molestias de adquirir nuevas obligaciones, además que cada vez las autoridades fiscales intentan cada vez más facilitarnos el cumplir.
Si no inviertes por miedo a los impuestos, en unos años no disfrutarás de potencialmente millones de pesos de rendimientos bien merecidos y, ¿Sólo porque no quisiste asesorarte, incluso sólo leer unos artículos sobre los pocos clics extras que tenías que hacer en la página del SAT para declarar tus inversiones?
Cada inversor debe verse en un espejo y definir su objetivo, horizonte de tiempo para alcanzarlo y que tan sensible es a las malas noticias, cómo las caídas en bolsa (tolerancia al riesgo).
Tu primera decisión inteligente es querer invertir, la segunda más importante es ¿En qué invertir?
Dependiendo de tu apetito por el riesgo, objetivos y tiempo para lograrlos podrás construir tu portafolio que balancee bonos, acciones y potencialmente otras opciones como metales, crowfunding, criptomonedas, FIBRAS, muñequitos Funko de colección…
Invertir es poner tu capital de hoy a trabajar para obtener resultados financieros a futuro.
