Dinero es Dinero

Resumen el pequeño libro que aún vence al mercado

Autor: Joel Greenblatt
Es fundador y socio administrador de Gotham Funds. Es profesor adjunto de la escuela de negocios de la Universidad de Columbia.

Como un inversor adulto e inteligente, no caemos en estafas, sabemos no existen fórmulas mágicas que nos vuelvan ricos, claro que no creemos esos cuentos.

Esperen; ¿Si hay una fórmula mágica? ¿Es seria y está comprobada? De hecho, sí, este famoso libro sí nos plantea un método que muchos inversores reales, serios y avanzados usan y recomiendan.

Puntos clave:

1. Los números son parte importante de invertir, pero en el largo plazo se vuelve secundaria, la perseverancia y disciplina se vuelven más importantes.

2. Invertir en acciones individuales no es para todos y no se recomienda para la mayoría de la gente hasta que esté entrenada para hacerlo.

3. Invertir en bolsa trae beneficios para casi todo el mundo cuando se hacer correctamente.

4. Usa la metáfora famosa del “Señor Mercado” y nos vuelve a advertir lo que otros inversores famosos, es un maniaco depresivo.

5. La mejor manera de comprar es invertir en acciones de calidad a precios de descuento.

6. Una buena empresa la define como aquella con alto rendimiento sobre el capital.

7. Además, cuando comparas el ratio P/E de compañías en una misma industria, cuando el resultado es bajo, podrías estar ante una ganga.

8. El proceso del libro consiste en identificar las acciones con los mayores descuentos y venderlas un año después, luego se repite el ciclo.

9. Los inversores que siguen este proceso logran ganarle al mercado con un buen margen.

10. El truco está, en que habrá años en que el rendimiento que vencerá al mercado y otros en que no se logre alcanzar, pero las ganancias compuestas durante años son prometedoras.

El autor no sólo es un inversor muy respetado y aceptado en la comunidad del Value Investing.

Tiene experiencia y conocimientos en el mercado, es un peso pesado de las inversiones y esa fórmula mágica, la pone a nuestra disposición no sólo en este libro, también en su página de Internet www.magicformulainvesting.com

En lo personal este sistema creo que hace sentido y cuando considero que encontré una compañía que vale la pena, trato de consultar en la página del autor para revisar si se encuentra listada.

Su sistema vale la pena seguirlo, de hecho, nos ofrece una serie de instrucciones muy claras para seguir el proceso, cuándo comprar y qué comprar e incluso, cuando vender.

Sin embargo, para el inversionista que tiene cuenta con un bróker limitado a acciones que cotizan en el SIC (Por ejemplo los de México), no podrá tener acceso a todas las opciones que nos ofrece su página, pues muchas no cotizan en SIC al ser pequeñas compañías norteamericanas.

Lección del chicle

Jason es un niño que está en sexto grado, vamos a tropicalizar un poco el ejemplo y cambiar el nombre a «el Brayan Juan», él tiene un modelo de negocio que le ha funcionado bastante bien:

Compra varios paquetes de chicles por 25 centavos por paquete.

Un paquete tiene cinco chicles. Brayan vende cada chicle en el colegio por 25 centavos, obteniendo un beneficio de 1 dólar por cada paquete.

A seis años de distancia para que termine su educación básica, Brayan puede esperar ganar tres mil dólares en beneficios antes del día de la graduación. Sí: gana más que nosotros y es más exitoso, pero no es el punto del libro.

Si quisieras invertir en la empresa de Brayan, ¿Cómo la valorarías? El problema de calcular el valor de este corporativo del chicle, es una forma de entender cómo funciona el mercado de valores y cómo debe funcionar un buen plan de inversión.

¿Cuánto pagarías por la mitad de la empresa? Una respuesta que no buscamos son 1,500 dólares, ese precio simplemente implica que nos devuelvan el dinero sin ninguna ganancia, pagar más, nos hace perder y pagar menos va en contra de nuestro emprendedor. Además, ¿Por qué aceptaría Brayan menos, ya que podría ganar esa cantidad con la mitad de su empresa? ¿Él qué gana?

No existe una respuesta universal a la pregunta de cuánto vale el negocio de chicles del Brayan. La valuación justa dependerá de las circunstancias de quién esté realizando dicha valuación.

Sin embargo, pensar en varios posibles resultados ofrece una forma de entender el mercado de valores. Quien compra una acción está comprando una participación en una empresa.

¿Por qué se compran acciones? La respuesta sencilla y todos la conocemos: para ganar dinero. Los inversores compran acciones porque esperan obtener beneficios. Esa es, de hecho, la respuesta para cualquier tipo de inversión, sea o no bolsa de valores. Pero debes saber valuar y ese es el objetivo del libro.

"Comprar buenos negocios a precios de ganga es el secreto para ganar mucho dinero."

Los inversores tienen cuatro cosas que pueden hacer con su dinero:

a) Mantenerlo en efectivo: También conocido como poner el dinero bajo el colchón. Aunque el dinero en efectivo no sube ni baja su valor nominal, tampoco obtiene ninguna rentabilidad.

Puedes hacer el experimento de poner 100 pesos o dólares bajo el colchón, dejarlos durante 10 años y si volvemos a revisar, esos cien pesos ¿Salió un árbol de dinero? Creo que no; seguirán siendo 100 pesos.

Sin embargo, 100 pesos dentro de 10 años probablemente no comprarán tanto como los 100 pesos de hoy, porque la inflación erosiona el poder adquisitivo del efectivo con el tiempo. Por lo tanto, aunque el valor nominal del efectivo no cambia, su valor real sí puede bajar.

b) Comprar deuda gubernamental: En el caso de los Estados Unidos se pueden comprar bonos del gobierno de EUA.

En el caso de México, la tasa libre de riesgo corresponde a los Certificados de la Tesorería. Nuestros gobiernos han hecho el trabajo de pagar sus deudas y cuidar su reputación.

Esta opción implica no asumir riesgos de crédito, pero sí de inflación. Si la inflación le gana a la tasa de nuestros bonos, perderemos poder adquisitivo.

c) Comprar otro tipo de bonos: Incluyendo los de otros países o los bonos corporativos, que suelen pagar intereses más altos para compensar el riesgo adicional que conllevan.

d) Invertir en el mercado de valores: Los inversores que quieran ganar más con el tiempo de lo que pueden esperar de los bonos tienen que invertir en crecimiento.

La forma más fácil de invertir en crecimiento, es comprar una acción de un negocio sí; en crecimiento. Comprar una acción de una empresa significa adquirir una parte o porción de una compañía que produce algo.

Así como inversor, posees una parte proporcional de los beneficios de la empresa.

Para concluir cuál es el valor de las acciones, hay que llegar a una estimación (que pueden ser conjeturas en muchos casos) de los futuros beneficios de la empresa.

Sin embargo, la previsión de los beneficios futuros no es el único elemento que hay que tener en cuenta para fijar el precio de las acciones.

Recuerda que puedes obtener rendimientos libres de riesgo con los bonos del país en que vivas o incluso invertir en otros países y economías emergentes con cierto grado de seguridad.

Si no puedes ganar «suficientemente» más que la tasa libre de riesgo, no tiene sentido invertir acciones, por esa razón en Dinero es Dinero, cuando estimamos cuando pagar por una compañía, agregamos un margen de seguridad del 20% sobre el precio y una tasa de rendimiento del 12%.

Ningún inversionista debería de asumir un riesgo el invertir a menos que la rentabilidad lo justifique. Es decir, los inversores exigen que se les pague por asumir el riesgo, por ello es tan importante antes de comprar una acción no pensar sólo en cuánto ganaremos, sino también en los riesgos y si vale la pena asumirlos.

En la página del libro y el autor podrás encontrar una lista actualizada de las compañías que forman parte de la fórmula mágica.

Valor frente a precio

Los precios del mercado de valores varían tanto que parecen no tener relación con el valor real de las compañías. Incluso una empresa tan grande como IBM o General Motors puede vender sus acciones a 30 dólares un día y a 60 dólares unos días después.

¿Por qué? ¿De repente IBM vende el doble de ordenadores? ¿Vende GM de repente el doble de coches?

Está claro que no. Sin embargo, a lo largo de un periodo de tiempo, cualquier acción puede sufrir oscilaciones de precio irracionales. Los precios son mucho más volátiles que su valor fundamental.

El negocio puede cambiar poco, aunque el precio de las acciones cambie mucho. Obviamente, el precio de las acciones se basa en algo más que el valor del negocio.

Se ha dedicado mucho trabajo académico de los mejores expertos para intentar exponer de manera racional los cambios tan abruptos en los precios y la conclusión es que una explicación racional de los movimientos del precio de las acciones parece inalcanzable.

Sin necesidad que consultar al profesor “cerebrón” y sus estudios para saber porque los precios de una acción pueden moverse de forma errática, simplemente vamos a dejarlo en que «a veces la gente se vuelve loca«.

Afortunadamente, los inversores no necesitan entender por qué algunas personas compran y venden a precios tan salvajemente diferentes durante períodos de tiempo muy cortos, aparentemente sin relación con el valor. Sólo «hay que saber que lo hacen«, cuando sabes entonces que el mercado hace todo lo contrario a lo racional y saludable, aprendes a no apostar y a esperar fluctuaciones en el corto plazo que no tienen explicación.

El crack de la bolsa Benjamin Graham propuso que las fuerzas bursátiles tenían una personalidad y se refirió a ellas como el Sr. Mercado.

Describió al Sr. Mercado como un individuo maniaco-depresivo, inconstante y en algunos ejemplos hasta alcohólico que compra y vende acciones de empresas. Un día, debido a sus fluctuantes estados de ánimo, el Sr. Mercado podría ofrecer comprar o vender a un precio muy bajo.

En esos días, el inversor racional probablemente se aprovecharía del Mr. Market comprándole a un precio bajo. Otros días, el Señor Mercado compraría o vendería a un precio muy alto y abusivo.

En esos días, el inversor racional más bien vendería al Mr. Market lo que le había comprado, y se embolsaría las ganancias.

La cuestión relevante para el inversor no es tratar de ser el psiquiatra del señor mercado, como tus vecinos, sabemos que sufre de estos cambios de humor imprevisibles y erráticos, la cuestión relevante se vuelve saber leerlo y comprarle o venderle en un día determinado.

Sus estados de ánimo ofrecen oportunidades a los inversores que ejercen más disciplina y paciencia que él.

La fórmula mágica

Antes de decidir si comprar o vender, lo ideal es que el inversor evalúe el potencial de ganancias futuras de la empresa. Por desgracia, si es difícil predecir si mañana lloverá, no se diga el predecir el futuro de una empresa.

Afortunadamente, se puede llegar a tener una idea razonablemente buena de la calidad de una empresa sin haber estudiado Tarot.

Consideremos por un segundo el rendimiento del capital de la empresa. Toma los beneficios o ganancias y divídelos por el capital invertido en la empresa. La hermosura del rendimiento sobre el capital es que permite a los inversores comparar dos negocios no relacionados.

Una empresa de flores y una empresa siderúrgica, ambas requieren de capital. Aunque las hortensias y la siderurgia no tienen mucho más en común, ambos dejarían un rendimiento del capital, al final, dinero les metemos, dinero les sacamos.

En general, los inversores obtienen mejores resultados en las empresas cuyo rendimiento del capital es alto, no bajo.

¿Cómo funciona la pequeña fórmula que vence al mercado?

Pagar un precio muy bajo y de risa por una empresa es bueno para los inversores. Pero también hay que comprar buenas empresas, definidas como empresas que obtienen un alto rendimiento del capital invertido. Comprar un buen negocio a precio de ganga es la «fórmula mágica» para ganar en el mercado, las chispas encima del helado se le llaman “paciencia”.

Graham, el mayor influencer bursátil del siglo XX, creó esta fórmula mágica originalmente. Su idea de lo que es una ganga era notable: simplemente buscaba la compra de acciones a precios tan bajos que, es más, si cerrara la empresa tan solo la venta de sus activos darían ya un beneficio al inversor. No, no son ejemplos imposibles.

Aunque no forma parte del sistema de “doce gemas” de Dinero es Dinero, el Book Value te indica la capitalización relacionada al valor en libros de la compañía, existen compañías con valores contables muy altos, recuerdo a Nissan.

Más del 80% de su capitalización de mercado equivale a su valor contable, es decir que el mercado apenas y paga un poco más de lo que valen los “fierros” de esa empresa, ni siquiera da mucho por el crecimiento y ventas futuras de esa automotriz.

Sin embargo, Graham ideó su fórmula durante los años desesperados de la Gran Depresión. Cuando la economía se recuperó, pocas empresas se vendían a precios inferiores a su valor de liquidación.

Hoy en día, encontrar acciones que cumplan con los estrictos criterios del Value Investing original es poco frecuente. Afortunadamente, los inversores aún pueden obtener una rentabilidad sólida y sustancial comprando acciones, aunque deban pagar precios más altos de los que Graham pagaría.

Hoy en día, un precio de ganga significa un precio que es comparativamente más bajo que los precios de otras empresas. Durante los últimos 20 años aproximadamente, los inversores que compraron las 30 acciones que combinaban un alto rendimiento del capital con un alto rendimiento de las ganancias habrían cosechado un rendimiento de la inversión (ROI) del 30% anual.

Sin embargo, la fórmula mágica tiene un inconveniente. Es una excelente estrategia a largo plazo, pero pueden pasar meses e incluso años en los que parece una propuesta perdedora, lo cual no es raro para un inversionista enfocado en el Value Investing.

Para utilizar esta fórmula con éxito, los inversores deben tener fe y perseverancia, algo que la mayoría de los inversores no tienen, por lo que la fórmula simplemente no les funcionará.

¿Por qué funciona la fórmula mágica?

La fórmula mágica combina dos factores: un alto rendimiento del capital y un alto rendimiento de las ganancias.

Esta fórmula funciona para empresas grandes y pequeñas. Clasifica a las empresas según la utilidad y la rentabilidad del capital, la formula asigna una calificación a cada empresa.

Los inversores compran acciones de las empresas con las mejores calificaciones, las mantienen un tiempo y las venden.

«Aunque a corto plazo el Sr. Mercado puede poner precio a las acciones basándose en la emoción, a largo plazo el Sr. Mercado pone precio a las acciones basándose en su valor».

El autor propone algo muy sencillo en apariencia; comprar buenas empresas (las que tienen un alto rendimiento del capital), comprar esas empresas sólo a precios muy bajos (para buscar un alto rendimiento), buscando lograr rendimientos de inversión pongan verdes de envidia incluso de los mejores profesionales de la inversión.

Las empresas con un alto rendimiento del capital son aptas para ser buenas organizaciones con, muy probablemente, una ventaja competitiva distintiva.

Por ejemplo, el iPhone de Apple tiene ventajas en cuanto a facilidad de uso y aceptación en el mercado. La marca de Coca-Cola atrae a más compradores que las bebidas sin nombre. Google tiene más tráfico que cualquier otro sitio web.

Estas empresas pueden invertir los beneficios en actividades que seguirán obteniendo un alto rendimiento del capital, simplemente reinvirtiendo en lo que ya están haciendo y en lo que son buenas.

Por tanto, un mayor rendimiento del capital puede traducirse fácilmente en una elevada tasa de crecimiento. Es poco probable que las empresas sin una ventaja distintiva nos den crecimientos así de sostenidos.

Así que, simplemente centrándose en las empresas que obtienen un mayor rendimiento del capital, la fórmula mágica elimina muchas empresas mediocres.

La fórmula mágica a veces deja de funcionar durante un tiempo porque el Sr. Mercado se pone de mal humor o pasa por un periodo de enfocarse en lo que esté de “moda” pasando por alto el verdadero valor subyacente de las empresas que son productivas.

Sin embargo, los inversores tienen muy poco riesgo de pérdida a largo plazo porque, aunque el Sr. Mercado puede ser irracional a corto plazo, a largo plazo el Sr. Mercado reconoce el valor.

¿Qué se necesita para utilizar la fórmula mágica?

Cuando compres acciones de empresas de la fórmula mágica, invierte por fases, poniendo aproximadamente un cuarto o un tercio de tu importe de inversión en cada fase y comprando media docena de acciones o más. El autor recomienda mantener cada acción durante un año, luego venderla y utilizar los ingresos para comprar otra acción según la fórmula mágica.

Puede seleccionar las acciones de la fórmula mágica consultando el sitio web del autor, él recomienda:

  • Seleccionar las acciones en función de la rentabilidad sobre activos (primo del ROC) y buscar rentabilidades de por lo menos el 25%.
  • Tener a la mano una lista de las acciones con el menor P/E.
  • Cuando tengas a la mano cual chef, una lista de acciones potenciales para comprar, elimina cualquiera de los siguientes: compañías de servicios y commodities, toda compañía del sector financiero y todos los valores no estadounidenses.
  • Elimina también cualquier acción con un P/E descaradamente bajo, por ejemplo, inferior a cinco, ya que indica problemas.
  • La fórmula mágica funciona para empresas tanto grandes como pequeñas.
  • Para que la fórmula mágica te funcione, debes  mantener un horizonte de inversión a largo plazo.
  • Es probable que las empresas que consiguen un mayor rendimiento del capital tengan algún tipo de ventaja competitiva especial.
  • Elimina también cualquier empresa que haya reportado recientemente sus utilidades o que haya hecho otros anuncios significativos, como adquisiciones, lanzamientos, stock-split, entre otros, porque esos anuncios distorsionan la fijación de precios.

La teoría del mercado eficiente dice que el Sr. Mercado es una criatura racional que incorpora la información a los precios de las acciones. A largo plazo, el Sr. Mercado hace exactamente eso.

Sin embargo, a corto plazo, el Sr. Mercado es de una personalidad maniaca. La fórmula mágica de Joel Greenblatt te permite convertir su volatilidad en una ventaja a la hora de invertir.

Este libro es muy recomendable para todo inversor. De hecho, es bastante conocido y también te recomendamos pasearte por su página: www.magicformulainvesting.com

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