La educación financiera, el aprender a invertir y hacer dinero en bolsa de valores, bienes inmuebles o en bonos, podría ser intimidante y difícil de comprender, es un submundo lleno de fórmulas, reglas, ratios y estados financieros.
Cuando comenzamos, creemos que tal vez necesitamos de un experto en finanzas, contabilidad, impuestos, estadística o volvernos nosotros en uno antes de comprar la primera acción.
Este libro, un nuevo clásico, es esencial para los que queremos tener un buen futuro, nos deja una gran lección. Invertir y tener sabiduría financiera no es una ciencia, antes de los números está la MENTALIDAD.
Sobre el autor: Morgan Housel, periodista financiero, escribió para The Motley Fool y The Wall Street Journal. Actualmente es socio de Collaborative Fund.
No es un libro esotérico, ni te dirá que las fuerzas del universo te traerán riqueza si compras cursos financieros del tipo “Los Chakras (No los «Chacas») cósmicos y tu bolsillo”, nada de eso.
Si eres alguien muy matemático y analítico deja otro tipo de enseñanzas valiosas: Un empleado de limpieza con un salario más que modesto puede hacerse millonario, sin tener educación avanzada, sin fórmulas, sólo con la mentalidad correcta y disciplina.
Pone ejemplos donde alguien con un trabajo humilde se retira con millones y ejecutivos financieros egresados de Harvard con sus salarios millonarios, acaban en la quiebra y la miseria.
El comportamiento y la mentalidad tienen todo que ver. En este blog te he recomendado que ahorres y trates de invertir, es posible desde 5 dólares.
No importa si es muy poco dinero, hazlo de forma recurrente y disciplinada, con el tiempo tu mentalidad te obligará a hacerlo más y más, a buscar cómo hacer más dinero.
Si tu prosperidad financiera la comparamos con un hermoso cuadro, no esperes que quede al primer pincelazo y en poco tiempo, se construye con el tiempo, con pequeños bocetos que llevan a grandes logros. Todo se reduce al comportamiento.
El periodista financiero Morgan Housel nos revela, por qué la psicología tiene más que ver con los resultados financieros positivos que tus conocimientos matemáticos. Descubre cómo tu relación con el dinero afecta a todos los aspectos de tus finanzas y tu vida.
Puntos clave:
- Ganar dinero requiere una habilidad, pero conservarlo no es lo mismo, requiere otro tipo de habilidades y mentalidad.
- Los conocimientos financieros y para este caso, ir a las mejores escuelas o tener a los mejores asesores, no garantizan la riqueza.
- La suerte y el riesgo que asumes en las decisiones financieras, laborales y personales en tu vida y son las que definen tu éxito financiero. Sí, podrías trabajar mucho, pero también la suerte es importante.
- Tus experiencias diarias, desde niño, las importantes y las no importantes, conforman tu visión del mundo y del dinero.
- No dejes que personas con una mentalidad y objetivos financieros diferentes al tuyo guíen tus decisiones financieras. Tú defines la altura de la vara, no las redes sociales, amigos o familia.
- Saber cuándo es suficiente lo que tienes es muy valioso para también disfrutar de la vida.
- Los asesores financieros proporcionan información valiosa, pero la decisión final siempre depende de ti. Tus decisiones (y emociones) pueden devastar tus inversiones y bienestar, aun cuando tengas la asesoría personalizada del mejor inversor del mundo.
Los conocimientos financieros no garantizan una riqueza sostenida
En 2014, un humilde conserje y empleado de una gasolinera de Vermont Ronald Read murió a los 92 años, dejó tras de sí algo que nadie esperaba, ni su propia familia; una fortuna de más de 8 millones de dólares.
No le había tocado ganar la lotería ni había heredado dinero de un rey en África que decidió regalar su dinero (Todos hemos recibido ese correo electrónico), al final ese dinero fue usado para caridad y ayudar a los demás, convirtiéndolo en un benefactor que impactó positivamente a su comunidad.
Simplemente ahorró todo el dinero que pudo, y sin conocimientos de bolsa de valores, simplemente lo invirtió en empresas sólidas, sin dejarse guiar por modas o cosas brillantes, dejó que su riqueza se acumulara a lo largo de los años.
Por el otro lado, narra la historia de un alto ejecutivo financiero educado en Harvard que incluso destacó en las revistas financieras de la época como un prodigio de las finanzas cuando tenía 30 años, él terminó por quebrar.
El éxito de uno y el fracaso del otro no tuvieron nada que ver con sus conocimientos financieros, con quién sabía más fórmulas o quién se sabía de memora más claves de pizarra de acciones. Se reduce a la paciencia contra codicia.
Sólo en el sector financiero el comportamiento humano puede dar lugar a resultados muy diferentes.
Un cirujano entrenado siempre realizará mejor una operación de corazón que alguien sin conocimientos médicos, punto, para ser un buen cirujano no hay nada más que excelente educación, alta especialización y práctica.
En finanzas, puedes conocer las reglas de los tipos de interés, econometría y saber programar los algoritmos más complejos para la evaluación de las empresas, pero tu comportamiento -así como la suerte- desempeña un papel más importante en tu éxito que tus conocimientos. Sí, las finanzas quizás no sean una gran ciencia.
La suerte y el riesgo en tu vida y en tu éxito financiero
Bill Gates tuvo la suerte de que en la escuela a la que asistía hubiera un ordenador. Un buen profesor de ciencias y la facilidad de venir de una familia muy acomodada ayudó a que el Club de Madres del instituto le alquilara una computadora.
Era una oportunidad entre un millón. Gates admite que sin su experiencia en el instituto, Microsoft nunca habría existido.
Kent Evans, un compañero de clase y amigo de mister Gates. También fue uno de los afortunados que trabajó junto a Gates en el laboratorio informático de la escuela. Sin embargo, nunca llegó a ser socio de Microsoft, porque murió en un accidente de escalada antes de terminar sus estudios.
Las probabilidades de que ocurriera esta tragedia eran minúsculas y si no hubiese pasado, ¿Hoy Ken Evans sería más rico que Gates? No lo sabremos, si en tu infancia, algo hubiese sido un poco distinto, sólo un poco ¿Ahora serías multimillonario? Tampoco lo sabremos.
Cuando le preguntaron qué elemento incognoscible de la inversión le gustaría conocer, el economista Robert Shiller respondió: «El papel exacto de la suerte«. Aunque pocas personas negarían que se necesita contar con buena suerte al invertir, menos señalarían a personas concretas que han experimentado esa buena suerte.
Si le dices a alguien que la va muy bien sólo porque tiene suerte, vas a parecer un miserable envidioso. Creer que la fortuna y riqueza es resultado de la suerte y no del trabajo duro puede causarle “amsieda” a quien se lo digas y, hacer que te cancelen.
Pero la dualidad y convivencia entre la suerte y el riesgo es una realidad. Si alguien más pierde su dinero en un mal negocio o una mala inversión se debe a «sus malas decisiones», es lo que otros acusarían.
Mientras que si eres quién tiene las pérdidas, la historia cambia para ti, el fracaso se deben a que “te la jugaste” y te arriesgaste porque no eres una persona mediocre.
Una dualidad similar existe en el servicio al cliente, donde los clientes «siempre tienen razón» y, simultáneamente, «no saben lo que quieren».
La línea que separa la audacia de la estupidez es bastante delgada
El libro nos invita a ser humildes y no presumir que sólo el trabajo duro y tomar sabias decisiones son la base de todos nuestros resultados financieros.
Para gestionar el dinero, hay que buscar información en patrones y tendencias de largo plazo en lugar de buscar respuesta rápidas en un artículo de Internet o videos con títulos del tipo “Joven madre pensó que siempre sería pobre y no sabes lo k suzedió ha continuasion (sic)”.
Ten en cuenta que unas pocas buenas compras de acciones suelen proporcionar la mayor parte de los ingresos, es imposible estar en lo correcto siempre, ningún inversor por famoso y exitoso que sea, lo sabe y sabe que estar equivocado está bien.
Esto significa que puedes y vas a equivocarte más a menudo de lo que aciertas y aun así seguro que puedes salir ganando.
Los inversores de capital riesgo, por ejemplo, esperan que de 50 inversiones, 25 fracasen y se vayan a cero, otras sean mediocres, pero que con sólo una o dos exitosas, lo hagan lo suficientemente bien como para forrarlos de dinero.
No importa el fracaso, es parte inherente de la ACCIÓN, simplemente con actuar y tratar de hacer la tarea podemos esperar que nos vaya bien.
Invertir en startups parece arriesgado. Mucha gente piensa que invertir en empresas grandes y estables es la opción más segura, pero, en realidad, es tan probable perder -o ganar- apostando por grandes empresas públicas como por startups.
J.P. Morgan Asset Management analizó los rendimientos del índice Russell 3000, compuesto por una amplia gama de grandes empresas públicas, desde 1980. Descubrió que el 40% de las acciones perdieron el 70% y nunca recuperaron su valor. Lo que mantuvo a flote el índice diversificado fue sólo el 7% de las empresas incluidas en él.
Esas compañías siempre están “rotando”, hace años Kodak, luego IBM y ahora Apple. El día de mañana Apple será también irrelevante y otra compañía será la inversión del momento.
Tus experiencias forman tu visión del mundo y del dinero
"Las decisiones de inversión de la gente están muy ancladas a las experiencias que esos inversores tuvieron en su propia generación".
Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica descubrió que las experiencias de las personas influyen significativamente en como reaccionan hacia el dinero y las decepciones amorosas (Bueno, eso no).
Lo que encontraron es que; si te tocó ser adulto joven en un mercado alcista o Bull Market, es más probable que inviertas en acciones que las personas que crecieron en un mercado en caída (Bear Market), durante unos años tuvimos un Bull Market largo y atípico.
Tal vez por eso te interesó aprender a invertir en acciones y llevas varias horas leyendo este blog y aprendiendo a invertir (Y sin a cambio, mandarme al menos un mensaje, ingrato).
Bueno, quizás las cosas cambien en los siguientes años y nos veamos en un mercado bajista largo y doloroso tras los efectos de la pandemia COVID-19, eso podría hacer que la siguiente generación desconfíe de las inversiones, tal vez en diez años, los recién egresados ni de locos metan su dinero en acciones tras ver lo que podríamos sufrir en los siguientes años si no somos inteligentes al invertir.
Tus experiencias pueden llevarte a tomar decisiones que te parecen obvias y lógicas cuando a otros pueden parecerles tan ridículas cómo los calcetines viejos que llevas puestos.
Para un hijo de padres ricos, el riesgo tiene un significado muy distinto que para un hijo de padres pobres. Además de las diferencias generacionales, culturales y financieras entre las personas, muchos aspectos de la inversión personal son muy recientes. El famoso 401(k) de los Estados Unidos no existía antes de 1978, las AFORES Mexicanas tienen apenas poco más de un par de décadas. Las Roth IRA aparecieron en escena en 1998.
Al igual que ocurre con otras experiencias que conforman tu relación con el dinero, las elecciones que realizas como resultado de tu interacción (o falta de ella porque tus papás y maestros si jamás te enseñaron su importancia) con determinadas herramientas financieras, hacen que tus decisiones financieras sean a menudo más personales y basadas en la fe que ser decisiones analíticas y estadísticamente racionales.
Aceptar que se tiene lo suficiente es una valiosa lección
"El mundo está lleno de gente que parece modesta pero que en realidad es rica y de gente que parece rica que vive al filo de la navaja de la insolvencia".
Las decisiones financieras emocionales pueden ser devastadoras cuando las basas en cuánto dinero poseen los demás o crees que tienen los demás porque salen manejando deportivos en sus videos de Tik Tok (vehículo prestado por cierto).
Las personas que no están satisfechas con lo que tienen pueden perderlo todo fácilmente mientras aspiran a más y a más. Rajat Gupta, nacido en la pobreza en Calcuta (India) y ex director general de McKinsey, tenía un valor de 100 millones de dólares en 2008.
No satisfecho, utilizó información privilegiada para ganar rápidamente otros 17 millones de dólares. La Comisión del Mercado de Valores no se tocó el corazón con el pobre y corrupto Rajat como para condenarle y enviarlo a prisión.
Bernie Madoff, condenado por dirigir el esquema Ponzi más famoso que existió durante dos décadas, tenía una empresa de inversiones exitosa y legítima antes de sus acciones fraudulentas. Ese negocio legal hacía ganar más de 25 millones de dólares al año. Era, increíblemente rico. Pero sentía que no tenía suficiente. ¿Si tuvieses 25 millones de dólares cada año, creerías que es suficiente?
En ambos casos, los hombres perdieron lo que tenían porque querían más. Alcanzar un objetivo financiero y luego fijarse otro mayor puede convertirse en un proceso interminable, un deseo que nunca está satisfecho.
Parte de este problema proviene del hecho de que la sociedad actual, consumista y contagiada por el brillo de las redes sociales dónde sólo se destaca cuando se tiene más y más, crea envidia toxica en nuestros corazones de por sí negros y pequeños.
Comparar tus finanzas con las de los demás es una batalla perdida. Sentir que tienes lo suficiente, aunque sea menos de lo que tienen los demás, es la forma de realmente ganar, al final es un asunto de higiene mental, de no competir en una batalla que jamás ganaremos, estar agradecidos.
Ganar dinero requiere una habilidad, conservarlo requiere otra
Asumir riesgos es una parte necesaria de ganar dinero, pero para conservarlo, conserva tu «humildad y tu miedo». El periodista de televisión Charlie Rose entrevistó una vez a Michael Moritz, que dirigía la empresa de capital riesgo Sequoia Capital. Una firma que ha gozado de tenido éxito durante varias décadas, a diferencia de muchas otras parecidas que se hundieron menos de una década. Preguntado por la longevidad de la empresa, Moritz la atribuyó al miedo a quebrar.
Aunque la empresa debe, por naturaleza, asumir riesgos, Sequoia Capital no asumió que sus éxitos pasados se repetirían en el futuro.
La lección es que estés preparado, esperando que tus planes no fructifiquen de la forma que preveías en tus sueños y en una libreta donde hiciste cuentas de todo el dinero que ganarías.
Disponer de un «margen de seguridad» cómo el que usamos en nuestros análisis de acciones en esta página, te permite tener flexibilidad cuando el azar de la mala suerte, factores externos como la situación política o la economía que siempre sube y baja sin control, afecten al resultado deseado. Esta estrategia aumenta sus probabilidades de éxito cuando asumes un riesgo.
Algunos inversores intentan cubrirse estudiando el pasado. Aunque la historia proporciona información sobre sucesos inesperados en el pasado, no prevé el futuro.
La realidad es que constantemente surgen situaciones nuevas, nunca antes experimentadas y estar preparado para ellas te hace resiliente y apuntala tu éxito.
Invertir basándose en hechos históricos también ignora los rápidos cambios del mundo actual. Por ejemplo el capital riesgo. Cuando Phil Knight creó Nike, la idea de las empresas de capital riesgo no existía.
Basarse incluso en la información de hace unos pocos años es inútil. El S&P 500 añadió su primer valor financiero en 1976.
Los valores tecnológicos ni siquiera existían, nadie sabía entonces usar WhatsApp ni configurar su Apple Watch, aunque no lo creas.
Hoy en día, los valores financieros y tecnológicos representan más del 35% del S&P 500. Lo único que no ha cambiado con el tiempo es cantidad de malas decisiones tomadas con un estomago de papel por la gente en general cuando se encuentra ante la avaricia y el estrés.
No dejes que personas con un objetivo financiero diferente guíen sus decisiones financieras
La forma en que ahorras pequeñas cantidades de dinero con regularidad y cómo puede afectar a tu riqueza final, es contraintuitiva. Es similar al crecimiento del almacenamiento en disco duro.
En los últimos 70 años, los discos duros se han multiplicado por 30 millones. Incluso en 2004, Bill Gates se preguntaba por qué los usuarios de Gmail necesitarían «un gigabyte de almacenamiento» para él era ridículo.
Ahora no lo es tanto, sabemos que nunca hay espacio suficiente para guardar los videos íntimos de famosos y famosas que nos mandan nuestros primos. Todo comienza de manera pequeña, pero el efecto compuesto de las pequeñas acciones es lo que importa.
En este blog te he repetido una y otra vez que ahorres aunque sean centavos, que inviertas de a poco, eso hará maravillas por tu mentalidad, los centavos de hoy son la semilla de invertir millones en unas décadas.
El fenómeno de las burbujas en el mercado subraya lo que puede ocurrir cuando se generaliza el pensamiento a corto plazo. Las burbujas se forman y estallan por muchas razones, pero la codicia desempeña un papel importante.
Cuando estallaron las burbujas de las puntocom y de la vivienda, eliminaron 6,2 y 8 billones de dólares de riqueza respectivamente. Además del factor avaricia, en ambas situaciones hubo personas que cambiaron sus estrategias de inversión basándose en las acciones de otras personas que tenían objetivos completamente distintos y situaciones distintas en lo laboral y financiero.
El concepto de que una acción tiene un «precio racional» es ridículo cómo ya lo sabes a estas alturas. Para los traders de corto plazo que buscaban vender por la tarde acciones compradas por la mañana, pagar 60 dólares por una acción de Cisco en 1999 podría haber sido una gran opción por un día.
Y eso, es lo que sale en las noticias, si algo subió o bajó ese día y es sólo entretenimiento que resulta útil a un puñado de day traders especializados, pero no al 99% de los inversionistas.
Este precio del ejemplo de Cisco reflejaba un aumento del 300% a lo largo del año. Pero para los inversores a largo plazo, escuchar a los expertos en operaciones del día y comprar en consecuencia fue terrible, por dos décadas el precio no se recuperó, apenas en unos meses a inicios de 2022 se recuperó, para volver a bajar.
Los asesores financieros te proporcionan información valiosa, pero la decisión final depende de ti
Los asesores financieros tienen conocimientos cruciales, incluidas las «verdades universales” de la riqueza y los secretos de la vida. Cada individuo, sin embargo, debe decidir por sí mismo qué camino tomar y si un consejo será aceptado o desechado. Los siguientes puntos pueden ayudarte a reflexionar sobre tus objetivos:
Ahorra dinero en lugar de presumirlo y quemarlo sin sentido : Para crear riqueza, tienes que ahorrar tu dinero. Esto puede requerir que mantengas tu ego bajo control. Independientemente de tus ingresos, un coche nuevo o una casa lujosa dificultarán que en el futuro multipliques tu dinero, recuerda, debes saber cuánto es suficiente y que comprar compulsivamente repitiendo “Me lo merezco, para eso trabajo” será el mantra bajo el cual muchos jóvenes de ahora, vivirán de forma miserable y comiendo del bote de la basura o de programas sociales en unas décadas.
Determina qué riesgo puedes asumir para seguir durmiendo por la noche: Un mayor riesgo suele ir acompañado de mayores beneficios. Algunas personas lo soportan. Sin embargo, si eres adverso al riesgo (cómo nos gusta en este blog) y tus decisiones te provocan noches inquietas de ansiedad porque no sabes si vas a perder tus ahorros, es señal de que tal vez debes repensar tu estrategia.
Aumenta el plazo de tu inversión: Esta estrategia es la mejor manera de igualar las pérdidas y aumentar el crecimiento. Recuerda que las inversiones son un largo maratón, dónde debes imaginar dónde estarás en diez, veinte, treinta años; con más dinero, más conocimiento, más libertad. Pero no en veinte días o meses, si piensas en el corto plazo, no tienes estrategia y probablemente fracasarás o pensarás que ganancias de 20 dólares acumuladas en dos años te hacen un genio de las inversiones
Asegúrate de que sus objetivos monetarios te permiten tener libertad: Un elemento identificado de la felicidad es tener el control en tu vida. Incluso un pequeño ahorro puede darte libertad, seguridad y una sonrisa ganadora, como la posibilidad de temer no tener que comer si se pierdes el empleo. Ahorrar más puede suponer la diferencia entre aceptar un trabajo que no quieres y te hará miserable o esperar a tener uno que te guste.
Mantén la humildad: Recuerda que la admiración que deseas te la ganarás con «amabilidad y humildad», no con un Rolex nuevo, al contrario de lo que dice la canción de perreo de moda, los Casio son más lindos.
Cambia tu visión del ahorro: Es posible que tradicionalmente hayas ahorrado dinero para un fin concreto. El futuro puede traer cualquier cantidad de situaciones de emergencia desconocidas. Si ahorras para esos imprevistos, estarás mejor preparado para afrontarlos y reírte del peligro, cómo lo hace el Rey León.
Calcula tu riesgo: El riesgo puede ser gratificante con el tiempo y sí, hay gente que lo asume, le va bien y hasta se hace famosa por lo fácil que pareció que se hicieran ricos, cuando en la realidad fueron muy afortunados, un riesgo que se extiende demasiado puede arruinarte.
Conoce tus propios objetivos financieros: No permitas que otras personas, incluido este autor con mala gramática y mucho menos el experto en crypto que te toma la orden en McDonald’s, sean los factores definitivos en tus decisiones financieras. Sí, todos necesitamos consejo y acercarse a alguien con experiencia siempre ayuda. Pero asegúrate de que las decisiones que tomas están en consonancia con lo que quieres, necesitas y puedes lograr.
Esta entrada tiene 3 comentarios
Hola el dinero que se ahorra poco a poco va haciéndose un capital, pero lo difícil es mantenerlo . Hay que tener sentido común, suerte y malicia .
Ojala Morgan Housel hubiera escrito su libro de una manera amena y sencilla como lo planteas tu, me hubiera animado a terminador de leer, se me hizo muy denso
Gracias Alberto. Podría ser un poco densa la lectura sí, pero no es nada a comparación de leer The Interpretation of Financial Statements de Benjamín Graham, si alguien te recomienda leerlo, te está haciendo bulling; aléjate de esas personas XD.