No se puede predecir hacia donde irá el mercado de valores porque es un sistema altamente complejo que no sólo consiste en valuaciones financieras o métricas de analistas. La dimensión numérica es la mitad de la historia, la otra mitad es el componente emocional de los inversores, el mercado se mueve en base a sentimiento de los inversionistas, que, como cualquier emoción humana, es impredecible.
Digamos que tenemos la acción de una compañía que durante años ha subido, los inversionistas saben que está sobrevaluada y pronostican que bajará.
Pero en realidad nadie puede predecir con exactitud si esa bajada será mañana, en un mes o en tres años. Hay muchos factores que influyen en mantener ese precio alto y es imposible entender qué evento desencadenará esa caída.
Por un lado, podríamos tener inversionistas que ven la subida constante del precio y quieren ganancias, alzan la mano y dicen: “Yo también quiero esas ganancias”, ya que el resto del mercado se está hinchando en dinero mientras ellos se sienten tontos por no ganar dinero.
Sus compras de esa acción refuerzan el crecimiento de algo que supuestamente debería de bajar, podría salir una noticia que sobre la compañía que provoca que el mercado sea más optimista en que la acción seguirá subiendo.
Sobre esa misma acción, los fondos de inversión podrían estar balanceando opciones a favor y en contra de ella, algunos otros inversionistas esperan con efectivo a comprar la acción, el mercado tiene tantos participantes y variables que no se puede predecir cómo actuarán las fuerzas del mercado.
Existe la teoría de que existen “Eventos Desencadenantes”, sucesos inesperados que, en este caso, harían que la acción sobrevaluada se desplome y regrese a su justo equilibrio de precio, pero no podemos saber cuál será ese evento ni cuando sucederá.
¿En qué momento los inversores dirán “suficiente, cobro mis ganancias y vendo mis acciones”? Todo depende de la toma de decisiones del ser humano, que puede ser totalmente irracional y emocional.
En estas fechas tenemos muchos ejemplos, quizás los más sonados sean lo que ha pasado a las acciones de Netflix, Walmart o Facebook, que en sus presentaciones de resultados han sido muy castigadas en sus precios por no estar a la altura de las expectativas.
Días u horas antes de que presenten sus resultados, nadie puede predecir con exactitud si las acciones irán hacia arriba o hacia abajo, son días muy volátiles dónde cualquier indicador de trading no nos dice mucho, los traders pueden hacer mucho dinero y otros perderlo.
Creemos que podemos predecir el futuro, todos nosotros
Escuché de una acción que va a bajar y que es buenísima inversión, esperaré un poco.
Tengo un dinerito ahorrado, esperaré a que bajen las acciones en un mes para invertir en Amazon.
Voy a comprar unas acciones ahora que pase la crisis en dos meses y que pase la pelea del Canelo, la guerra, el año nuevo, las elecciones y Plutón se alinee con Saturno.
Todo lo anterior son frases que usamos cuando creemos que podemos predecir los que hará el mercado y hacia dónde irán los precios de las acciones.
Existen bancos enormes con equipos de los mejores analistas y aún así, a veces quiebran. También hay inversionistas legendarios que tienen pérdidas por cometer errores al invertir.
Si ellos no pueden predecir el mercado, creo que mi tío Juancho y sus predicciones de lo que harán las acciones de Tesla, tal vez, sólo tal vez, tampoco lo hagan.
Simplemente porque las acciones y el mercado no se mueven perpetuamente hacia arriba en línea recta. Debes de evitar cometer un error clave en las inversiones, tratar de predecir el mercado o “Timing the market”.
El problema es que en este mundo hay muchas tentaciones de caer en la trampa; las noticias de la televisión, youtubers, expertos en inversiones, nuestros primos que nos dicen: “Te dije que esta acción subiría, te lo dije, yo sí invertí y mañana me entregan mi nuevo Lamborghini, eres una deshonra”.
El componente emocional del mercado
Existe un lado lógico y otro emocional en las personas. Podemos usar nuestro pensamiento racional para evaluar circunstancias, pero al momento de tomar acción, muchas veces son nuestras emociones las que ganan la batalla.
Cuando eliges auto, puedes investigar las especificaciones del motor, la transmisión, espacio, rendimientos, etc.
Pero cuando estás a punto de decir que quieres ese auto, lo que piensas es cómo te ves en él, si lo quieres ver todos los días estacionado afuera de casa.
Todo lo que procesaste en tu cabeza para tomar una decisión es difícil de cuantificar y explicar a los demás.
Ahora imagina ese proceso llevado a una escala gigantesca, con millones de inversionistas de todo tipo pensando si compran o venden acciones de miles de compañías.
Hola “Señor mercado”
Existen en el Value Investing el famoso ejemplo del “Señor mercado”. Este señorcito es tu socio de inversiones que todos los días te visitará, tocará tu puerta y te preguntará si quieres comprar más acciones del mercado, vender tus acciones o no hacer nada y tienes la opción de elegir la opción que te parezca, lo que le digas, él lo hará, no le interesa. Mañana volverá a tu puerta a hacer la misma pregunta.
Pero el “Señor mercado”, sufre de neurosis, en también un maniaco depresivo que toma demasiado alcohol, puede pasar de ser feliz y eufórico a negativo y depresivo, diario cambia de opinión y no recuerda lo que te dijo con anterioridad.
El señor mercado cuando está contento ofrece comprar tus acciones por mucho más dinero del que valen, pero también te quiere vender acciones muy caras, mucho más de lo que valen, pero cuando está triste, te ofrece muy poco dinero por tus acciones, aunque también remata a precios de risa las acciones que te quiere vender.
Tienes entonces, la opción de ignorarlo, no caer en las emociones del mercado, no dejar que te contagie, pensar en tu estrategia de inversión y sobre todo ser paciente.
Dile al señor mercado que sin importar de que humor esté, no harás nada por presión de él. Es importante que tengas un proceso y una estrategia o el Señor Mercado te contagiará con su bipolaridad.
El índice VIX o índice del miedo, en el gráfico de arriba, mide la volatilidad del mercado a través del sentimiento de los inversionistas cuantificando la actividad del mercado. Muchos lo ocupan como una métrica de hace dónde irá el mercado. Sí, existen métricas que nos ayudan a identificar tendencias, pero no son una bola de cristal.
¿Y aquellos que hacen predicciones del precio de las acciones?
En el grupo de gente que te dirá con toda seguridad lo que mañana sucederá con las acciones están un primer lugar, los inversores y asesores que son honestos en cuanto a que realmente creen que pueden predecir lo que hará el mercado. Creen que saben algo que nadie más sabe o que ven algo que nadie más ve.
A menudo te dirán que han acertado varias veces a lo que sucederá, y puede que lo hayan hecho una vez o dos, pero convenientemente omiten las diez veces que no le han atinado a las predicciones.
Olvidan sus malas decisiones y recuerdan las buenas. No son casos únicos, hasta inversionistas famosos y exitosos tienen a veces la manía de predecir la siguiente gran caída en bolsa cada año tras año y cuando no sucede, lo vuelven a hacer, hasta que en algún buen día sí sucede y todos los medios los tratan de profetas. Como dicen, hasta un reloj descompuesto da la hora correcta dos veces al día.
Puede que tengan buenas intenciones, pero en última instancia, causan daño a sus carteras y a las carteras de cualquiera que les escuche.
Desgraciadamente, también existen los asesores financieros saben muy bien que el mercado no se puede cronometrar, pero sus ventas, comisiones, sus cursos, hasta sus likes, depende de convencerte de que gracias a su información, tienen un escudo para tu dinero gracias a la «protección» que te dan sus predicciones.
No hay nada que un posible cliente o seguidor quiera escuchar más que la idea de que puede participar en la siguiente gran acción del mercado de valores o que puede evitar las caídas en bolsa.
Siempre habrá gente que quiera escuchar esto, y mientras esas personas existan, habrá decenas de miles de profesionales dispuestos a vender humo.
Existen también asesores financieros o fondos conocen perfectamente toda la información que necesitan para cambiar su punto de vista y alejarlos de las predicciones del mercado, pero ganar comisiones les hace que sea difícil aceptar los hechos.
Simplemente seguir siendo iluso e ignorante. Como dijo Descartes:
«El hombre es incapaz de entender cualquier argumento que interfiera con sus ingresos».
Los pronosticadores que aparecen en noticias y entrevistas, también están decididos a dar las primicias y dar atrevidos consejos sobre el mercado.
Si ves entrevistas en vivo en Bloomberg, CNBC y FOX Business, la pregunta favorita hacia los expertos es «hacia dónde va el mercado».
En resumen, si quieres conseguir vistas o salir en la tele, el camino más fácil es vender market timing.
Por suerte, pronto podrá detectar a estas personas, evitarlas y quizás incluso salvarlas de sí mismas.
Como inversionista necesitas humildad para criticar tus propias ideas y encontrar los errores en tu lógica, la idea no es cambiar de opinión todo el tiempo, si no minimizar el riesgo al que expones tu dinero.
Recuerda que es parte esencial de invertir el saber vender y re balancear nuestras estrategias de inversión dependiendo del entorno en que nos movemos, nuestros objetivos y la etapa en nuestras vidas.
